La maternidad tardía es algo cada vez más habitual en nuestra sociedad. Hoy en día, la mujer prioriza centrarse en su vida profesional y no decide tener hijos hasta haber conseguido una estabilidad económica.
El problema de retrasar la maternidad hasta los 40 años es la disminución de la fertilidad. Por desgracia, la edad biológica para ser madre se encuentra entre los 20 y 30 años, aproximadamente. Sin embargo, esto no siempre coincide con la edad ideal en la que cada una desea tener un hijo.
Afortunadamente, cada vez hay mayores avances en la reproducción asistida que permiten ser madre a una edad avanzada y, además, España es uno de los países con mejores profesionales y más clínicas de fertilidad.
Edad biológica para ser madre
La fertilidad de la mujer empieza con la llegada de la primera menstruación. Aproximadamente un año después de tener periodos regulares, sobre los 16 años, la mujer ya está preparada para ser madre desde el punto de vista biológico.
Esta fertilidad se mantiene intacta hasta los 27 años, momento en el cual empieza a disminuir poco a poco y, a partir de los 35 años, la reserva ovárica desciende drásticamente.
A pesar de todo ello, lo más normal hoy en día es que las mujeres no estén preparadas para ser madres cuando el reloj biológico lo indica. Entre desarrollar una carrera profesional, tener estabilidad emocional y económica, y buscar pareja la que así lo desee, es fácil plantarse con treinta y tantos años en el mejor de los casos.
Este cambio en la sociedad actual y la tendencia a retrasar la maternidad han provocado que muchas mujeres sean madres por primera vez con 40 años.
Además, en muchas ocasiones, estos embarazos son fruto de las técnicas de reproducción asistida, pues la probabilidad de conseguir un embarazo natural con más de 40 años es del 5% aproximadamente. Es más, después de los 45 años, será prácticamente imposible quedarse embarazada con los óvulos propios.
Opciones reproductivas
Con 40 años, lo más probable es que la mujer tenga una reserva ovárica más disminuida que en años anteriores. Esto significa que el número de óvulos disponibles para dar lugar a un embarazo es cada vez menor y, además, su calidad también se encuentra afectada por el envejecimiento de los ovarios.
A todo esto, hay que sumar la acumulación de mutaciones genéticas y aneuploidias en los óvulos debido a la edad, lo cual aumenta el riesgo de aborto espontáneo o, lo que es peor, el nacimiento de un niño enfermo.
Para evitar que esto suceda y poder tener un hijo sano con más de 40 años, la reproducción asistida cuenta con las técnicas más adecuadas: preservación de la fertilidad, FIV con DGP y FIV con óvulos de donante.
Preservar la fertilidad
Gracias a la técnica de vitrificación de óvulos, hoy en día es posible retrasar la maternidad sin que la probabilidad de éxito se vea seriamente afectada.
Después de una estimulación ovárica controlada, es posible obtener un número elevado de óvulos que serán congelados para su futuro uso. Estos óvulos pueden permanecer vitrificados durante largos periodos de tiempo sin que su calidad se vea afectada.
Además, la tasa de supervivencia de los óvulos después de su desvitrificación es superior al 90%.
La preservación de la fertilidad es la técnica más sencilla y adecuada para poder tener un hijo biológico una vez pasados los 40 años.
Ovodonación
Si la reserva ovárica de la mujer ya es muy baja y, aunque se haga una estimulación con medicación hormonal, no se consiguen suficientes óvulos de calidad para hacer una FIV, será necesario recurrir a una ovodonación.
Las donantes de óvulos son chicas sanas y jóvenes que no tienen enfermedades genéticas ni sistémicas. Sus óvulos son de muy buena calidad y permiten a las mujeres con edad avanzada cumplir su sueño de ser madres.
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