La preservación de la fertilidad femenina es un procedimiento mediante el cual se extraen los óvulos de la mujer y se congelan para su conservación en el tiempo. De esta manera, la mujer podrá usar estos óvulos más adelante para quedarse embarazada, sin que hayan perdido la calidad con el paso de los años.
Las mujeres pueden decidir preservar su fertilidad por diversos motivos, como antes de un tratamiento contra el cáncer por ejemplo. Sin embargo, en este artículo nos centraremos en la crioconservación de óvulos para retrasar la maternidad, sobre todo por motivos sociales y laborales.
Aunque hay muchas mujeres que toman la decisión de preservar su fertilidad a partir de los 30 años, cuando su deseo de ser madre ya es más evidente, lo ideal sería congelar los óvulos antes de los 30 años, cuando la mujer está en su etapa de máxima fertilidad
¿Por qué retrasar la maternidad?
En los últimos años ha habido un aumento considerable de mujeres que deciden preservar su fertilidad para ser madres en un futuro. El motivo principal de querer retrasar la llegada de un primer hijo es evidente.
Hoy en día muchas mujeres no quieren o no pueden ser madres con 20 y pocos años. Sin embargo, este es el momento con mayor potencial reproductivo en la vida de una mujer. Existe pues una asincronía entre la edad óptima para ser madre y la edad deseada para ser madre.
Algunas de las razones por las que retrasar la maternidad son las siguientes:
Inserción de la mujer al mundo laboral.
Dificultad para conseguir un contrato indefinido y estabilidad laboral.
Estudio de oposiciones, doctorados u otros estudios superiores que implican incorporarse al mundo laboral a una edad más avanzada.
"Fuga de cerebros", por ejemplo, mujeres que se mudan al extranjero con el propósito de adquirir experiencia o mejores condiciones laborales, y que deciden no tener hijos hasta poder volver a España.
Falta de estabilidad económica, aumento del precio del alquiler y otros factores que provocan no poder asumir los gastos de tener un hijo.
Falta de pareja masculina.
Pocas medidas de conciliación familiar en los trabajos, como la flexibilidad horaria, el teletrabajo, la reducción de jornada, etc.
Deseo de las mujeres de disfrutar de su juventud sin las responsabilidades que implica tener un hijo (viajar, salir con amigos, etc.)
En definitiva, cada mujer puede tener su razón en particular para decidir no tener hijos hasta una edad más avanzada. No obstante, es de vital importancia concienciarse e informarse bien de cuales son las opciones reproductivas que permitan este retraso de la maternidad sin que sea vea afectada la probabilidad de embarazo.
¿Cuál es la mejor edad para congelar óvulos?
En función de la edad en la que la mujer decida preservar su fertilidad, la calidad de sus óvulos será mayor o menor. Por tanto, la probabilidad de conseguir un embarazo con estos óvulos también variará.
A partir de los 35 años, la fertilidad femenina disminuye de forma drástica. La reserva ovárica empieza a agotarse más rápidamente y, por ello, las mujeres que preservan su fertilidad entre los 35 y 40 años obtendrán un menor número de óvulos y de peor calidad.
Es muy importante concienciar a las mujeres de que cuanto más pronto se haga la preservación de la fertilidad, más posibilidades de éxito tendrán en el futuro. No es lo mismo congelar los óvulos con 20 que con 30 años, al igual que tampoco es lo mismo preservar con 30 que con 40 años.
Procedimiento
El tratamiento para para congelar o vitrificar los óvulos es el mismo que el de la fecundación in vitro (FIV). En ambos casos lo que se pretende es obtener un buen número de óvulos desarrollados en los ovarios para poder extraerlos.
Por tanto, los pasos del tratamiento para preservar la fertilidad en las mujeres son los siguientes:
Consulta con el ginecólogo antes de empezar con todo el proceso es necesario hacer algunas pruebas diagnósticas para conocer el estado de la fertilidad, como una ecografía y un análisis de sangre.
Estimulación ovárica controlada: consiste en la administración de fármacos hormonales con el objetivo de provocar un desarrollo folicular múltiple en los ovarios y así obtener el mayor número de óvulos posible.
Control de la estimulación: durante todo el tratamiento la mujer tendrá que acudir a la clínica varias veces para realizar controles ecográficos y comprobar que los folículos ováricos están creciendo correctamente. En función de cómo vaya siendo la respuesta, el ginecólogo podría hacer cambios en la pauta de administración de los medicamentos.
Punción Folicular: se trata de una intervención quirúrgica muy sencilla que se realiza bajo sedación para que la mujer no sienta ningún dolor. A través de una aguja de aspiración introducida por la vagina, el ginecólogo va extrayendo los óvulos del interior de los folículos ováricos. Este procedimiento suele durar unos 15 minutos solamente.
Obtención y decumulación: de óvulos: una vez en el laboratorio, un embriólogo inspeccionará bajo el microscopio el líquido folicular obtenido y recuperará todos los óvulos. A continuación, es necesario realizar una decumulación ovocitaria. Esto consiste en ir eliminando las células que se encuentran alrededor de los óvulos para dejarlos completamente "pelados", requisito indispensable para hacer la congelación.
Vitrificación: este sería el último paso del procedimiento y requiere una gran habilidad por parte del embriólogo. En primer lugar, los óvulos son deshidratados con crioprotectores para no sufrir ningún daños durante la congelación. A continuación, éstos son colocados cuidadosamente sobre un soporte y se introducen directamente dentro del nitrógeno líquido a -196°C.
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